MITOS O LEYENDAS

TRADICIÓN ORAL.

Perviven aun en la memoria prodigiosa y en la mente fabuladora de los viejos rezagos de mitos, leyendas y cuentos, creenciales ancestrales y religiosas como los chimpinis de los arroyos y caminos, mohanes y encantos de manantiales, pozetas y jagueyes; niños en cruces y animes; espantos y conjuros; brujas, duendas y animas en pena.

Son muy conocidos los cuentos de Tio Cocejo , Tia Zorra, Tio Tigre, Pedro Ardimalas; Pedro, Juan y Manuelitos, Juan Bobo y otras leyendas y relatos alusivos a hadas madrinas, reyes, príncipe encantados; adivinanzas, refranes y chistes que animan velorios y reuniones sociales.

Leyenda de La llorona.

Cuenta la historia de la Llorona que, hace mucho vivía una Mujer junto a sus tres hijos, ellos vivían bien y eran felices, hasta que en una noche de invierno, ocurrió algo terrible. El padre de los niños, regresó después de muchos años de haberlos abandonado.


Ellos habían vivido muy feliz sin él sin este mal hombre, siempre paraba gritando y en borracheras, sin olvidar que siempre los castigaba sin sentido, así como también se metía con la Madre. La Mujer siempre rezaba para que este hombre no regrese, pero lastimosamente regresó.
Cuando llegó este hombre, de una patada tiró la puerta y gritó por qué no lo habían recibido. Los niños muy espantados se escondieron. La Madre se enfrentó a su Esposo con tal de defender a sus hijos pero lamentablemente, ella fue golpeada y se desmayó por varias horas. Cuando ella despertó, lo primero que hizo fue buscar a sus hijos, pero al buscarlos por toda la casa, no los encontró ni a su Esposo. Muy desesperada, salió fuera de la casa y corrió bajo la tormenta llorando y gritando el nombre de sus hijos por varios días, meses, años, pero nunca los encontró.

Un día, tras buscarlos por mucho tiempo, la Madre murió de tristeza. Tampoco se supo nada de los niños, ni mucho menos de aquel hombre que se los llevó. Desde ese entonces, el espíritu de esta Madre no descansa y todas las noches se le oye llorar y lamentar por los alrededores de los pueblos buscando a sus hijos.

Las mujeres que logran oír los lamentos y gritos de la Llorona, corren asustadas rápidamente tras sus hijos para esconderlos de ella, por qué si los encuentra, se los puede llevar para siempre.

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